sábado, 2 de junio de 2012

Lima 42K: El Muro y Yo

Viendo las fotos del Maratón de Lima encuentro en mis caras, y en mi memoria, distintas sensaciones, pero sobre todo, las fotos de la llegada son el fiel reflejo de TODO lo que sucede 1 segundo, en 1 paso, en 1nos metros.


El maratón son 42195 metros, y como se hacen sentir cuando uno se choca contra el muro.

Toda la semana en Lima fue un sueño hecho realidad. Tener la chance de correr mi 3er maratón y el 1ero fuera del país, dentro de la acción Super Runners de adidas que me aseguraba un trato de ,acompañado de gente de mi confianza fue algo impagable.

Domingo 20 de mayo: 6:50am: Ingreso a la manga de largada, con el N°2, a realizar los últimos movimientos previos a la largada. Fotos, concentración un "muchachos, corrámonos, dejemos pasar a los keniatas que sino largan atrás nuestro".


Siguiendo las ordenes de mi entrenador, corrí por sensaciones. Después de el KM 1, que pasé junto a los Super Runners de Colombia y Brasil, en 4.28,  salí a hacer mi carrera.
A la altura del km 5 estaba corriendo con las mujeres punteras, 1.2.3, pero decidí seguir a mi paso porque a esa altura ya se sentían algunos tirones en el pace.
Las bajadas de la 1era parte del circuito daban ganas de CORRERLAS, pero era obvio que de seguir el impulso la iba a pagar caro arriba (cosa que de todos modos sucedió).
KM 10, 1er gel, todo en orden. Los KM pasan y yo voy rezando y visualizando a toda la gente que me acompaña a la distancia.
Ya por los Malecones, me resigno a la idea de ver el Océano Pacífico, ya que la bruma hace imposible distinguirlo. Esa misma bruma, es la humedad que se siente a lo largo del circuito, pero el maratonista está preparado y mantiene la mente positiva.
KM 20, 2do GU, un corredor pregunta de donde soy, secamente le respondo que de Buenos Aires, y él insiste en hablarme pero no quiero salirme del foco.
De las avenidas y boulevares entro a transitar por calles. Curvas, 200m, contra curva, 300m y otra vez para el otro lado. En el 25K agarro agua y me la tiro en la cabeza, no Powerade, llego al 27 y recibo el agua, ganas. Ya no disfruto tanto pero la carrera sigue su curso.
Las motos con los camarógrafos me marcaban la diferencia que les había sacado a mis rivales. El peruano era inalcanzable, pero los otros dos venían a 400s, 500s metros y la ventaja aumentaba.
Al llegar al único retome de la carrera, hago el giro en U, avanzo y antes de doblar a la derecha percibo a la distancia a mis dos perseguidores. La diferencia era amplia, entre 800m y 1km, pero no tan grande con lo que se viene por delante.

Al llegar al KM 30, otro gel,  no tenía las sensaciones del principio, ni las de mis anteriores maratones (en mi debut recuerdo pasar por Retiro con una sonrisa delante de mis familia y en Rosario 2011 fue el momento de apretar para mantener el ritmo y luego ir x más). Mantenía el paso pero a un costo mucho más alto.
El km 32 fue donde verdaderamente conocí al MURO, que en vez de estrecharme la mano me pego un sopapo y a la altura del K34 ya me había fajado del todo. Río y Bogotá me pasan, me invitan a ir con ellos y resignado decido quedarme donde estoy, porque de intentar ir a la caza la iba a pagar aun más caro arriba.
Cuando las piernas no responden, es el momento en el que la cabeza y el corazón del atleta salen a relucir.
Faltaban 8km, corría rodeado de los rezagados de la media maratón, que se detienen a beber en los puestos, escuchan sus MP3, cargan con mochilas o toallas para secarse la transpiración (DONDE ME HABÍA METIDO).
El nuevo plan a seguir paso a ser este (que se transformó casi en un mantra): "Sos maratonista, y las carreras se terminan corriendo, no caminando, asi que salga el parcial que salga, no me puedo dar el lujo de caminar 1 solo paso".  Los Km pasaban LENTOS, los marcaba en el reloj, pero los veía de reojo. Mi competencia se había acabado, pero el desafío recién comenzaba. Por 1era vez comí un 4to gel en carrera. La cabeza estaba 10 puntos, de aire iba genial, pero los dolores musculares aumentaban y los calambres en forma de latigazos recorrían los isquios, gemelos, etc. Solo me quedaba apretar los dientes, y poner un pie delante del otro para acortar la distancia con la meta.
Los gritos de aliento, sobre todo cuando reconocían que era corredor de maratón, me llenaban de fuerza y pensaba en todos los afectos que estaban en Buenos Aires haciendo fuerza por mi (desde la cama, en misa, entrenando o haciendo las compras).
A falta de 2km se terminaron las cuestas y empiezo a reconocer el lugar por el que corro. Estoy cada vez más cerca, no hay remate posible, si gritos de dolor, que distraen a los corredores de 21K que me rodean. Aprieto los dientes, con toda la bronca y para aguantar los calambres. El reloj deja de ser importante. Faltan 1500m y el dolor baja de los isquios a los gemelos.

Una corredora se "apiado" de mi y acompaño mi ritmo. Una chica de 30pico de años, con sus kilos de más trotaba a mi lado y me daba fuerza."Vamos, no te quedes". A esa altura yo le pegaba al piso para contrarrestar el dolor. El arco estaba ahi adelante y yo peleaba por trotar un paso, y otro y otro. Mis dientes rechinaban, 200m finales, el público a los costados era cuantioso, al igual que mi dolor. La respiración acompasada, subir la vista, encarar para la izquierda, cruzar la meta. SENTIR 1 MILLóN DE COSAS EN 1 SOLO SEGUNDO. Darle gracias a Dios, respirar hondo, no ver nada más. Sacarme la gorra, tirarla al piso de bronca, agacharme a levantarla sin sentir un solo dolor, sacarme la musculosa, morderla, largarme a llorar, sentir que intentan consolarme pero necesito desahogarme. Llorar, apoyarme contra una valla y largar ese llano desconsolado mientras me ponen una campera para que no me de frío.
Entre tanto llanto pedir perdón por el berrinche. Tener a Will y Tadeu que me vienen a felicitar, a estrecharme la mano como grandes caballeros y rivales resultaron ser. Conversar con la crew y empezar a entender que termine mi tercer maratón, con el peor tiempo de mi vida: 3:15!!!
No camine! No logré mi objetivo! Terminé el maratón! SOY FELIZ.  Todo es aprendizaje y sin lugar a dudas soy un mejor fondista de lo que era 1 día atrás.


GRACIAS A TODOS LOS QUE DIRECTA O INDIRECTAMENTE ESTUVIERON CONMIGO A LO LARGO DE ESTOS MESES:
Mauro, Rodrigo y toda la Crew de adidas, Daniel Simbrón, CORIS, Lucre, Wal, Pedro, Familia, Amigos, A...,  Compañeros del Grupo y foráneos, Dani Lopez, etc.

Gracias Dios por darme salud y la chance de vivir estas experiencias.

El lunes 4 de junio empieza un nuevo ciclo: Bogotá, Río, Buenos Aires allá voy ///