jueves, 18 de octubre de 2012

42K de Buenos Aires: Cierre de MICIUDAD 2012


¿Cómo describir la carrera –casi- perfecta?  A continuación haré el intento.


No recuerdo hace cuánto no estaba tan tranquilo antes de una competencia.
Tras la experiencia de competir en 3 ciudades extranjeras, en carreras tan importantes creo que forjé un temple que antes no tenía ¿Estaré madurando como fondista?
La Media Maratón de Buenos Aires me confirmó el buen momento atlético que en los resultados no venía encontrando, pero si en los entrenamientos. Me sentí cómodo, corriendo a ritmo, disfrutando el recorrido y con el plus de sentirme en casa.
Luego de los 21K nos pusimos en marcha con todo el equipo para programar “Compite por tu Ciudad” Buenos Aires. Mi espíritu de productor me obligaba a aportar todo lo que estaba a mi alcance para que el cierre sea la mejor experiencia de las cuatro.
Con la gente de adidas Argentina y 5 Yardas, armamos una agenda en la que nada faltaba. Y asi fue. Quería ser el mejor anfitrión posible.
Desde el jueves pasamos en el Hotel Madero la concentración pre 42K. Will Vargas de Colombia y Tadeu Cruz de Brasil, junto al equipo de adidas compartimos almuerzo, entreno y cena en un ambiente de puro relax, chistes y camaradería.



El viernes amanecimos temprano para salir a entrenar, disfrutar el desayuno y prepararnos para visitar la Expo Maratón. Antes del almuerzo llegó Luis Gutierrez de Perú y los Super Runners estaban por cuarta vez reunidos. Entre fotos y entrevistas pasamos la tarde en la Expo. Durante ese  rato decidí correr con las adizero Adios 2. La molestia en el talón derecho no va a desaparecer, asi que…
Ducha, descanso y a cenar. Caminata, charla y ravioles de salmón (¿puedo comer eso antes de la carrera?)
El sábado madrugamos, desayunamos y encaramos el recorrido de los 42K. Paramos en el Planetario, Obelisco, Plaza de Mayo y Caminito. Ahí si me sentí realmente un turista en mi propia ciudad. Si la vida de hotel y restaurantes de moda no era necesario, sacarme fotos con el Obelisco en la Avenida 9 de Julio fue el colmo!



Antes de volver al hotel, la van se detuvo frente a un puesto de choripán, pero ninguno de los Super Runners se arriesgó (sabia decisión).
Almuerzo tranquilo, ya con Martha, la novia mexicana de Tadeu. Llegó la hora de la siesta.
A la tarde mis padres y mis abuelos pasaron a buscarme para ir a misa, una tradición que por los viajes no pude cumplir a lo largo de las otras carreras. Tras la despedida, a los pocos minutos tocó la cena: OTRA VEZ FIDEOS!

El chiste era: “Aprovechemos a bromear ahora con Juan Pablo que mañana se transforma y ya ni habla”. Chiste va, chiste viene. Bed time. 23:15 apago la TV, cierro los ojos y me duermo.
Pasé la noche tranquilo. Hasta llegué a preguntarme si  no debería estar nervioso, o visualizando el recorrido. Nada de eso pasó.
Amanecí 4:55. Me gusta tener tiempo suficiente. Cinta en los pies, vaselina, medias y a desayunar.
 Té de guaraná (al fin rompí la abstinencia a la cafeína), tostadas y miel. Simple.
A esperar la van en el lobby. Ahí si me cayó la ficha. Ansiedad, quiero largar!, pero sin dolores, ni el talón ni la rodilla. Todo en orden.
En pleno viaje ya no aguantaba más. Cuánto falta para las 7:30? Will me saca una foto en la que mi cara le da la razón del chiste en la cena.
Llegamos a la zona de largada, dejo la mochila con el profe Pablo y salgo a buscar un baño.
Algo de movilidad, técnica y trote suave. Me tomo el G1, con el que vine entrenando.
Fuera el abrigo, llegó la hora. Llovizna, hay humedad y viento.
Gorra y lentes adidas (Evil Eye Halfrim) . Musculosa y pantalones adizero, medias de compresión y adizero Adios 2 en los pies. Cinturón adidas reflectante con bolsillo EXO. 3 Gu Roctane, 1 Gu de vainilla, papel higiénico en bolsita plástica. Dilatador nasal y kilos de vaselina.
Pasamos al corral de Elite, me saludo con todos los conocidos y amigos. Estoy tranquilo, me siento local, confiado (3600 km en el año me lo confirman). El clima no puedo manejarlo pero la mente si.

Hoy será un gran día. Buenos deseos y largamos. Primeros metros y ya siento los gritos de aliento.
Desde el arranque compartí carrera con Chipi Gonzalez, un atleta marplatrense. Fue padre hace 2 meses. asi que no pudo completar su plan de entrenamiento y antes de no competir decidió correr conmigo. Cerca del km 2 Legui y Gastón pasan con Migue, su liebre de lujo. El ritmo hasta los 21K sería parecido asi que más gente se suma a la fiesta. Durante los primeros km cuidamos no acelerar. En el recorrido, amigos nos alientan y sacan fotos. Dos motos de la organización se acercan recurrentemente a tomar imágenes.  Los chicos me dicen: “te vas a tomar todo el humo” y se corren a un lado. Yo sigo en la misma, pendiente del ritmo más que del tiempo.
Llegamos a la Recoleta  y encaramos la primer subida, que es un falso llano. Pasamos por el Hotel Alvear, y compensamos con una bajada picante.
Tras pasar por  Retiro, llegamos a la calle Tucumán y giramos a la derecha, la subida más larga y pesada. Km 10. Primer gel. 
A las pocas cuadras pasamos por la Avenida 9 de Julio, a la altura del Teatro Colón,  con el Obelisco a la derecha doblamos por Corrientes para encarar una leve bajada.
Al poco tiempo entramos a la Plaza de Mayo. Pasamos por el Cabildo, diagonal en búsqueda del único giro en U. Retome a la plaza, Catedral y de frente a la Casa Rosada. Unos metros de empedrado hicieron que tengamos cuidado en la  bajada a Paseo Colón. Ahí si que sentimos el viento en contra y la mejor opción era salir a buscar gente para evitarlo de frente.



A la altura del km 15 llego al Parque Lezama (donde suelo hacer cuestas en pre temporada), ahí me invade la emoción ya que 10 familiares me esperan con cornetas, porras y carteles.
Ese tramo pasó tan rápido que nos depositó en La Boca. El pack era grande, con mucha confianza, pero todavía es muy pronto para hacer algo.  La Bombonera a la derecha, total concentración. Llegamos a Caminito y Chipi me dice: “se acabó el viento en contra”.



Correr junto al Riachuelo,  Dársena Sur, y Puerto Madero. Se suma Leo a tirar con el pack. Media Maratón. Al rato me acuerdo que no tomé el segundo gel. Lo bajo sin agua en el km 23. Asi de cómodo iba. Costanera Sur, zona archi conocida, miles de kilómetros hechos por esa parte de la ruta. Mantener parciales.
Giro y último tramo de viento en contra. Otra vez a Puerto Madero. No pienso en nada, solo en correr.  El piso de húmedo se empieza a sentir mojado.



Km 28 se suma al tándem David. Obsesivo, divertido y meticuloso. Marca el paso.
Km 30, Retiro, otra vez mi familia. Al igual que en 2010 paso con una sonrisa en el rostro. Me emociono casi hasta las lágrimas. Fede se acopla. El pack es grande, estamos en pace. Yo marco parciales pero no les presto atención. El plan viene saliendo.
La zona del puerto es desoladora, los kilómetros pesan y yo sigo con las mismas ganas del principio. Superé el muro!  Lima quedó atrás.
KM 33, la canción del Mundial Italia 90 me toca la fibra más onda. Con el río a la derecha y la nada de frente un grupo de voluntarios corre junto a los maratonistas a grito pelado. Aliento 100% en inflador anímico para cualquiera.



Avenida Sarmiento, puente bajo nivel, lo conozco de la media, cabeza y braceo. Superado. Cartel del km 35, tomo agua y allá esta mi familia, OTRA VEZ. Luca, mi primo de 10 años, corre a la par mio. Mi hermana se engancha unos metros después. No puedo creer verlos ahí también.  Eso si, ese envión no puede distraerme del objetivo. Chipi se queda, Leo se despide. Entro con David y Fede a la zona de los lagos. “Ahí tenés el óvalo. Cuantas vueltas diste para llegar a este momento”. Me dan ganas de otro gel. Lo bajo sin agua, no importa. No miro el reloj. Los chicos tiran como locos, me gritan me putean, los sigo con todo lo que queda. Esa vuelta es mortal, ya que te acercas a la llegada pero das la vuelta al lago alejándote de la meta. “Mirá Juan, aquel de amarillo va para bajar las 3 horas”. A esa altura ya no me importaba el tiempo, sabía que estaba corriendo EL maratón de mi vida. Me molesta el viento en ese tramo. Km 39, sigo pasando gente, corredores a los que en mi vida pensé que podía quebrar. No veo la hora de llegar. Al fin giramos para retomar la recta que conduce a la gloria.



Km 40: Ya no pienso, ya no veo, ya no me interesan los parciales. Se que estoy corriendo a fondo.
Duele, como duele, pero cómo se disfruta. Km 41, DALE. 195 metros y otra vez mis viejos, mis primos, mi ahijado de 2 años y medio, mi hermana. Un oasis? No se! Pero allá están. “Corre Pampi Corre”. Me invade una emoción enorme (la misma que ahora mientras lo escribo y se me caen las lágrimas). Levantar las piernas, ampliar el braceo, respirar y darle para adelante. La gente alienta de los dos lados del recorrido. Dos minutos, el primer arco a la vista, leve bajada, a poner todo. No tengo fuerza ni de emocionarme, un perro se pone a tirar conmigo. Paso gente en esa recta. Falta menos. Las gradas, el arco con el reloj, 3.00.XX no importa. Levanto los brazos. No llego a parar el reloj. Tadeu me espera para saludarme. Lo abrazo y me desplomo. Fede y David vienen a felicitarme, me rindo en agradecimientos hacia ellos. Me sostienen porque me caigo. Me invade la emoción y el cansancio total de los 42Km. Busco aire, no lo encuentro. Me acercan una silla de ruedas y me siento. No me da vergüenza. Recupero el aliento. Me paro, recibo otro abrazo inesperado. Will viene a saludarme, me uno en el sentimiento con mi hermano colombiano. Los fotógrafos amigos me piden volver a la silla, lo hago para que quede el recuerdo que recorre las redes sociales. Me rio de mi mismo. Damián, colega y compañero de fondos gentiles me felicita. Chipi llega y nos emocionamos juntos.



Sólo el maratón genera sensaciones tan fuertes e intensas.
Me cambio la ropa mojada, me tomo el G3, empiezo con los aminoácidos, agua, Gatorade, elongación. Saludos, felicitaciones y agradecimientos.
Un amigo me dijo: “yo no quiero que hagas un tiempo, pero si que llegués muerto, con ganas de vomitar, desmayado o como sea, dejá todo!”. Y se lo pude cumplir.



El post fue un disfrute. Comidas y charlas con amigos que se convirtieron en familia.

¿Qué más le puedo pedir a la vida? Y… Bajar las 3 horas. Ya se dará.





Quiero agradecer a todos y todas que hicieron de este año algo maravilloso: adidas Latam, adidas Argentina, adidas Colombia, CORIS, 5 Yardas, EXO, Daniel Simbrón, Dani Lopez, Familia, Amigos, Compañeros, Tadeu, Will, Good Will Runners y a Dios por darme salud, fortaleza y la prudencia para encarar este 2012.